15 minutos. Era el tiempo que se iba restando en la pantalla. Todo lo que me quedaba antes del Game Over. En 15 minutos tenía que acabar con todos los malos, conseguir las pócimas secretas y salvar el mundo del apoteósico final. Pero como siempre, en vez de elegir ser la protagonista, me quedé mirando demasiado rato al otro chico del videojuego. Me gustó desde el principio. Me gustó porque no es el tipo de jugador que un jugador común escogería. Me gustó porque era bajito, moreno, porque tenía un nombre raro y una historia vital graciosa. Me gustó también porque su táctica era el tacto y la palabra. Y porque ocultaba algunos datos sobre él al resto de jugadores. Parecía listo y malo, de hecho lo era. Y me monté en su coche de color RBG, un descapotable amarillo que iba a 777 km/h. Dimos vueltas por un circuito de Sudáfrica, en donde hacía un calor brutal. Mi pelo pixelado al viento. Después pasamos a la fase del hielo, la más difícil, en Alaska. Cada vez que las ruedas delanteras se le iban un poco, de su boca salía un bocadillo en forma cuadrada que contenía la palabra “fuck” en letra arial. A él no le gustaba hacerlo, pero era una manía que le venía de serie. La mía era mucho peor. La mía era la de esperar que nunca se acabara un libro bonito o un beso intenso. El final de esta historia terminó siendo como el de casi todas. A falta de dos minutos para el final, tuve la sensación de que el chico del videojuego olía demasiado a chuches, y que escupir y tirar dólares por la ventanilla no era un defecto de serie, sino una estupidez de chico de videojuego más. Y me di cuenta de que en realidad no me gustaba, quizá si virtualmente, pero no en realidad. Y que era mejor salvar el mundo o besarme con otro chico color CMYK.
Pero es que a mi chico CMYK en la piscina le miran todas. Y yo me pongo de fuego como Mishae, (la madre de Sinchan), con los dientes afilados. Me entran ganas de ponerme a pegar puñetazos, así que trato de paliarlo arrancando de cuajo todas las pobres hierbitas del lugar. O echando una partida al Tekken. Escogiendo siempre a la china en combate contra la rubia tetona, y poniendo el modo fácil para cargármela de tres o cuatro hostias. Sufro mucho, porque mi defecto de serie viene dado por ir de tia liberal, y decirle cosas como que el día que quiera hacer un trío, sólo tendría que decirme con quien, y voilá. Pero en mi fuero interno soy una Mohammed más. Y me entran ganas de ponerle un burka. O convertirme en superguerrera con el pelo hacia arriba amarillo y energético total. Y es entonces cuando me siento fatal y me pongo a bajarme Redes en el emule como una loca. Punset apacigua mi fiera, además de provocarme un morbo increíble.
Comentarios
13 respuestas a «15 minutos»
uooooh
te llame el otro dia para un favor friki cinéfilo…no tabas.
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y olé..!!!! por la puerta grande … el retorno de la mala… versión pixelada y metamorfoseada en personaje de video juego…
saltando de pantalla en pantalla… melena al viento y sonriendo al chico guapo del video juego… :-((( aunque yo te prefiero en versión chica mala de un buen cómic… cuestión de tiempo… de años… de lecturas… te prefiero en viñetas más escuetas y que rodeada de efectos especiales…
te prefiero aquí… en letras y en frases… con la fuerza que la «maldad » te ha dado..
Bienvenida de nuevo… a pesar de que el qué no está ahora…soy yo… :-))))
PD. Punset… ??? morbo..??? yo soy más castizo… más de la Concha Velasco… mira tú por donde… :-)))))
Un beso lleno de un cielo estrellado y de un horizonte tapado por las altas montañas del Pirineo… ;-))))
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tu pelo pixelado me encanta. si te aplicas un poco de vidal sasoon 2.0 te desenreda los bytes. en cuanto a los corazones rotos por chicos virtuales unas tiritas 3-D creo que dan el pego. yo me quedé con los katamaris de la ps2, que no me suben la líbido pero si la bilirubina.
un beso malo malísimo.
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Me fascinó la frase «La mía era la de esperar que nunca se acabara un libro bonito o un beso intenso».
Primera vez que comento aqui pero no primera vez que visito, solo que ahora si me atreví :P.
Confieso que tuve que releer ciertas partes para comprenderlo mejor, pero muy bueno. saludos!
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En mi caso suelo situarme en un escenario tipo Mad Max,pero rodeado de soldados del futuro, con exoesqueleto metálico armados hasta las patas ,y todo eso, y yo manteniendo a raya a las líneas enemigas, y defendiendo el único y decisivo bastión para la salvación de la especie «un centro comercial»,en medio de un desierto a 50 grados,y cuando lo logro y ya solo separa del di End un extenso y sentido beso con la heroína, ella fluctúa no se a donde y se puede oir :3,2,1 y con una transición monocromatica,sentencia zero después : insert coin for more health .Me resulta tan cercano .
La ira a veces es logica
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Ja,ja,ja…¡Cuánta razón tienes en lo de las liberales! Yo hace tiempo que decidí ser sincera y si algo me molesta lo digo…¿Tríos? No, gracias, siempre se queda uno fuera. Y digo yo…¿no hay algún socorrista majo con quien darle un poco a la lengua, mientras tanto?
🙂
Me alegro de tu vuelta.
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Me ha encantado tu pag, es la primera vez que lo chequeo y en serio esta bien bonito, además de interesante.
Saludos
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Saludos, gran historia antes todo, eso sí, para liberar tensiones, te recomiendo la wii… podrás pegar a la gente de verdad, pero sin que te duela recibir los mantecaos
13 respuestas a «15 minutos»
¿Tengo el aire acondicionado demasiado alto? Porque cada vez que leo tu blog acabo con los pelos de punta. Gran talento el que tienes escondido. Enhorabuana, mala!
Besos y abrazos de ruloylielo (Raul y Miguelo), tus excompañeros del terrible microclima.
P.D. Me tienes que enseñar como hacer carteras chulis que la que tengo se cae a pedazos, jeje.
Y sobre todo, unas copas de despedida no?
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Eso si que es volver por la puerta grande.
Un saludo
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Si es que ‘fuck’ no es una palabra bonita para un héroe de videojuego. ‘Qué putadaca’ suena mejor…
Y sí, las ‘liberales’ se ofenden con una facilidad absurda, y por eso es que hay que liarse con señoritos feos y simpáticos, como todos esos que le acompañaron la semana pasada 🙂
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En ocasiones veo píxeles muertos
13 respuestas a «15 minutos»
A veces me dicen que soy friki, entonces yo contesto: no conocéis a mi familia.
A veces me dicen que molo, entonces yo contesto: no conocéis a mi familia.
El pimiento sabe muy mal.