no soy mala, es que me dibujaron así

De cuando fui oráculo

Hoy he llamado a su puerta y he enseñado la patita. He apaciguado mi ser y mi estar, he oído de mí para él todo, hasta lo que no quiero contar. Y he recordado que una vez yo en otra vida fui oráculo. Supongo que un oráculo de esos que se pasaban el día drogándose y llevándose halagos. He recordado una de las historias que viví en mi otra vida.

Dicen que hubo un tiempo en que todos los hombres y mujeres tenían los ojos del mismo color. Era un color indescriptible, un color que unía todos los colores pero no era un color en sí mismo. En ese tiempo había un chico enamorado de una chica. Se reían mucho juntos, de hecho se amaban. Quedaban todas las noches a la misma hora y bajo la misma farola hasta que un día él no la vio aparecer. Al chico se le olvidó que lo importante es no sucumbir a la oscuridad del entorno. Y muchas veces, si miras a la infinita noche en busca de algo y no te concentras lo suficiente en ello, terminas siendo pura oscuridad tú también. Y ya no sabes si tienes los ojos cerrados o abiertos. Así que se olvidó también de eso, de lo importante que es mantener los ojos bien abiertos aunque no veas una farola encendida, aunque no encuentres luna por ningún sitio. Porque tus ojos son un punto de luz esencial, son tu luz. Eso no se tiene que olvidar jamás. Igual que tampoco se debe uno rascar una herida ya que resulta tan sólo un alivio momentáneo y después pica y duele más.

El fracasado espera suerte, la víctima ánimos, pero el que se siente derrotado se prepara con toda la rabia del mundo para ganar. El chico se sentía derrotado por la noche. Sentía que ella se la había llevado. Entonces las imposiciones del mundo se le hicieron insoportables. ¿Por qué la noche debía ser noche?. Odiaba tanto esa maldita oscuridad que empezó a gritar agitando violentamente su cabeza arriba y abajo, con todas sus fuerzas, para que la noche se fuera. Se olvidó de nuevo de que los precipicios imaginarios son peligrosos, igual que las nubes muy altas, porque ambas te impiden mirar al frente y ver lo que andas buscando. Cuanta más oscuridad se iba diluyendo con el paso del amanecer más rabia le daba la poca negritud que iba quedando. Se obcecó y decidió continuar gritando hasta el final. Cuando el día se hizo pleno y él estaba completamente extenuado, regresó a la farola de todas las noches, y allí encontró a la chica. Por fin vio lo que en realidad quería ver desde el principio, por fin vio lo que hubo tenido siempre en frente si hubiera abierto los ojos queriéndola mirar.

Dicen que en los ojos de aquel chico quedó marcado el aviso para no volver a sucumbir a la plena oscuridad del entorno. Para no ser más oscuridad frente a la oscuridad. Dicen que así empezaron a existir los ojos de color marrón y negro.

Yo hoy he llamado a su puerta y le he mirado. Oráculos aparte, me ha resultado impensable no comprender al chico de la historia. ¿Cómo no sucumbir? ¿Cómo no desear que penetren por tus tejidos y sentirlos tan dentro? ¿Cómo no dejar que te envuelvan, te aprieten y te hagan suya? Hoy he llamado a la puerta y he encontrado sólo sus ojos, inmensos y oscuros, colgados con un alfiler de luz en un fondo blanco. Hoy he llamado a tu puerta y sólo siento cómo ellos seducen y mueven mi sangre. Bombean. Mi vida.

Comentarios

  1. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    Me han dicho que te lea. Y aquí estoy.

    Todas me gustan, pero esta entrada me parecía especial. Y parece que no me equivoqué.

    Seguiré por aquí, un saludo.

  2. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    No creo que la oscuridad sea tan mala, tan sólo hay que preparar los ojos para ella, y, al cabo de un rato, comienzas a ver con claridad, a mi, personalmente, me encanta estar bañado de oscuridad, mucho más que de luz, esta si que puede llegar a cegar, además, las cosas suelen ser más bonitas con poca luz, difumina sus defectos

  3. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    Tengo que ser muy torpe, Mala…..pues la semana pasada….sucumbí varias noches en la oscuridad…así me luce el pelo…jejeje… tampoco estoy arrepentido….de la oscuridad tambien se aprende….incluso…se disfruta..y si duele….te aguantas……Hoy, que nadie llame a mi puerta…….ni me mire a los ojos (oscuros)…….que me estoy recuperando….jejeje…..
    Mala…..incluso, malo y en la cama……me encanta leerte.

  4. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    Me caes hasta mal de lo bien que escribes, joia ;))

    Simplemente, Genial!!!

  5. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    Doy por cierto que el prota es una gran persona aunque olvidara lo peligroso de ciertas cosas,me he colgado como un niño a un cuento.Tolkien contó algo de manera parecida…y es que en los principios el Único creo de su pensamiento a los Ainur,estos seres todos en armonía hicieron sonar una única y maravillosa melodia,y de esta fue creado el Mundo.pero Melkor(que viene a ser el ángel caído) quiso hacer su propia musica,y a modo de Caín se rebelo, y desencadeno las Eras Oscuras.
    La oscuridad es sugerente y no existiría la luz sin ella, ni resplandor sin mal tiempo…que ojos se debió perder la vida.

  6. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    Estos ojos se fueron anoche a la cama con una sensación muy especial.

    Esta mañana se levantaron con ganas de estremecerse de nuevo y, ya ves, no pude decirles que no.

    Y así, mientras los siento una y otra vez bailando al son de esa flauta mágica que son tus palabras, me preparo para otro nuevo día.

    Gracias a ti un puntito más luminoso

    (aunque sólo sea por despertar la luz que dormía en cada par de ojos oscuros… ;))

  7. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    Te encontré en la deriva del saturday night y no puedo por menos que felicitarte.

    Qué bien escribes, qué lujo.

  8. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    Que más da el color, lo importante es tener dos ojos para poder leerte cada vez que escribes. Simplemente expectacular.

  9. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    guauu…

  10. 10 respuestas a «De cuando fui oráculo»

    Oráculo o no… tus letras penetran con fuerza por entre mmis parpádos y perforan mis ojos de color…???? da lo mismo… me perforan y viajan sin prisas por vasos sanguíneos directos al motor de mi cuerpo… pero no se quedan allí… y se adentran sin pudor en los albores de mi agradecida alma…

    Me sienta muy bien el leerte… 🙂

    Un abrazo lleno de todo el aroma de las montañas…