Está siendo un otoño muy extraño. Tan pronto el sol enrojece y calienta, como el viento frío ensordece los oídos y aleja los abrazos. Las hojas secas que pululan por el suelo y ya no saben muy bien si secar restos de sangre de dos enamorados que explotaron, o arrastrarse en busca de la compañía de algún perro suelto. Ellas barren, barren, barren. Barren palabras rojas que se caen al suelo embotadas, pletóricas, recién salidas de dos bocas devorándose. Barren esputos, malas pulgas y malas suertes que algunos se limpiaron a manotazos de las mangas del abrigo, y de los húmedos ojos de sus caras. Barren también, y juguetean con sus cabellos, las risas de un grupo de adolescentes que logran caber 19 en el mismo banco sentados.
Se llevan ojos que se gustan, manos que se aprietan, pieles que se adhieren, salivas que se mezclan, lenguas que se retuercen, deseos que se aúnan. Y barren también, (estas son las hojas más ligeras), los suspiros de una muchacha que mira al amplio horizonte y sueña y sonríe y piensa, que no se pierde lo que nunca se tuvo.
Comentarios
6 respuestas a «Hojas secas»
Las hojas secas son mi día a día… mis paseos… mis rutas bicicleteras… mis recorridos arco en mano… contemplando …sintiendo…escuchando el sonido de las hojas al mecerse… al caer y llenar de vida y de color los caminos por los que transito casi a diario…
Sabes…??? te envío un regalito por los senderos de hojarasca de mi pueblo…
besos entre las hojas….
6 respuestas a «Hojas secas»
ummm, mucha melancolía y eso al final pasa factura al alma. Es preferible no haber tenido que haber perdido, asi que sonrie y juega con las hojas. Yo en cuanto pueda me hago con un montón y me paso la tarde pisándolas como cuando tenia 6 años.
Besitos dulces!
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creo que es más doloroso perder la posibilidad «de tener» que el hecho de no haberlo tenido nunca… nada, ni caso, que es un domingo extraño para mi, quizá igual que este otoño…
un abrazo 🙂
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Qué razón tienes… jamás se llega a perder lo que nunca se tiene…
Es como eso que se acaba antes de que llegue a empezar…pero hasta llegas a sentir anhelo por eso que creías que era parte de ti, o que tú misma habías creado, o que tú misma soñaste para empezar a luchar, y conseguirlo. Pero la realidad da mil patadas, y en cambio el otoño nos roba, es un gran ladrón, y lo hace de puntillas, para no hacer ruido. Para pasar desapercibido. Y quizás sea igual de violento que la realidad, pero la realidad es permanente, y el otoño no. A veces el viento del otoño nos alivia, y nos abofetea, y nos muestra lo que no alcanzábamos a ver. Y entonces, dependiendo de la vivencia de uno u otro otoño, pensamos que nos gusta, o que nos aterra. A mí no me está gustando éste…quizá sea porque llevo días con demasiado frío acumulado en las manos, y mis pies también tiemblan…y entonces tiembla todo mi cuerpo.
Gracias, de nuevo, por tus palabras..que acaban siendo las mejores de todas.
Un besito ..
6 respuestas a «Hojas secas»
Un día sentí un frío tan intenso que las manos creían caerse a trozos y el terror era la mayor expresión del miedo, un miedo preludio de lo fatal,y un dolor sin final, algo siniestro antesala de algo macabro e indescriptible que me ardía , y aunque no vi ninguna luz al final de ningún túnel, vi a la muerte y salí corriendo, como esperando que alguien como por arte de magia y su varita fuera a sacarme de la miseria.No se como conseguí recorrer tanta distancia en tan poco tiempo, pero llegue a casa y cuando me atendieron y aliviaron, así aun con mis manos moradas el paraíso vino a mi,y me hizo reflexionar sobre la fragilidad y la resistencia del cuerpo humano, también llego la Primavera y con ella el deshielo y con la distancia y la edad el olvido, pasaron las épocas y cuando me di cuenta había crecido.Nunca mas me tome a broma jugar con bolas de nieve, ni porque a veces algo tiene que morir para ceder la vida , como las estaciones.ni que nada dura eternamente princesa
6 respuestas a «Hojas secas»
Bueno, ya parece que el otoño se normaliza, pero está claro que las hojas van a seguir llevándose los mensajes en el viento y los castillos de arena, pero con ellos construirán dunas donde puedan reposar dos culos inquietos.