no soy mala, es que me dibujaron así

la sensibilidad como bandera

Un poco por contrato, un poco porque me gusta el disfraz de superheroína, (aunque me quede fatal), ultimamente lucho un montón contra la tristeza. Muchos días gano. Otros no. Pero entre pelea y pelea descubres que siempre falta alguien, claro. Y que el reloj de tu muñeca se quedó parado y que está bien así. Que tu verano es blando y espeso y lento y lleno de pensamientos que ralentizan los músculos y vuelven pesados los pies y el pecho. Y que es perturbador darte cuenta de que el ser más increíble de tu mundo se ha ido y sin embargo, tu mundo sigue girando sin él. Y que ya no se trata de seguir adelante, o no. Sino que más bien, se trata de vivir sin la voz de alguien que representaba el calor de lo otro. De lo único. De la posibilidad de compartir un mundo.

No es bueno que el ser humano esté solo, sobre todo si antes ha probado la dulzura de la compañía verdadera. La vida se te encharca entonces entre recuerdos y sueños de infancia y estampas todas las canciones en las últimas tardes con él. Y lloras. Lloras un montón. Pero cuando nadie te ve. Porque la elegancia del luto, de llorar a los muertos, de los cómodos silencios y las veladas con trajes negros… Ya no se lleva. Y es mejor no bajarse ni por un momento del tren de alta velocidad en el que llevas subida tantos años. Porque es el ruido del movimiento el que sólo envuelve la desolación de alguien que de pronto ya no sabe cómo vivir, ni para qué.

La muerte es, en realidad, lo más ordenado y rítmico que jamás viví. Ordenado y rítmico, definitivamente, no quiere decir bonito. Pero hay una cosa que no se me olvidará nunca. Algo que él me enseñó a fuego. Él decía siempre: Poesía poesía poesía. Para todo: Poesía. Desordenada y arrítmica y suspensiva y dolorosa y curativa y sabia y dura y frágil y tierna y rasgada y bonita… Inmensa poesía. Eso fue él. Fue crear, fue luchar contra la ausencia llenando el espacio de poesía. Fue un crear versus la muerte necesario para seguir vivo. Él fue poesía. Fue el único ÉL.

Vivan todos aquellos que hicieron descubrir a otro, que un rostro o unas manos, decían y significaban, apuntaban y suscitaban, un mundo. Lo original es algo irrepetible: Papi, prometo siempre intentar ser tu mejor versión.

Comentarios

  1. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    PRECIOSO. Y se me ocurren mil cosas que escribir. Pero sobran las palabras. Sin duda, eres su mejor versión.

    Un abrazo.

  2. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    Mucho animo, se siente uno morir cuando pierde a alguien que quieres con toda tu alma pero estoy plenamente convencida que ay otra vida, allí nos reuniremos con nuestros seres queridos, te mando mucha fuerza y no decaigas.
    Dalia Gaelle

  3. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    muy bueno tu blog! he de decirte que te has ganado otro fan ^^! aprovecho para recomendarte este otro muy buenp donde cualquiera puede publicar anécdotas! pasate a verla si kieres, a mi me ha gustado! https://grandesanecdotas.blogspot.com/

  4. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    Esplendido post. Describes perfectamente lo que se siente cuando pierdes a alguien para siempre jamás. La muerte no tiene ida y vuelta es billete de un sólo viaje.

  5. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    Un abrazo. Adelante.

  6. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    […] se explica la deliciosa Mala de la Película, cuando en un verdadero ejercicio de valor y coraje, se desahoga en su blog personal, que para eso lo es. Aunque por su profesionalidad en el mundo del social […]

  7. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    Hay algo que la muerte no mata y es el recuerdo… eso es lo único que nos queda de la persona que perdimos y nadie nos lo puede quitar…Sé fuerte bonica y quédate con los recuerdos mas bonitos.
    Un beso!

  8. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    Te quiero Di.

  9. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    Dicen que todo tiene solución menos la muerte, por desgracia todos vivimos momentos muy duros en nuestras vidas, solo darte mucho ánimo y muchisimos besos y abrazos, pero puensa que no estas sola, que EL siempre estara contigo.

  10. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    (escrito en un febrero triste…):

    «Naranja es el sol que hoy ha visto la muerte. El mismo sol que ha visto cambiar a unas personas por otras a lo largo de la historia. La Libertad es un don precioso que nos hace tan desiguales, y tan cambiables… los tiempos cambian poco.
    Pero naranja es el sol que hoy ha visto la muerte. Y la tristeza de la muerte no queda en quien se va, sino en quienes permanecen. Pasos que cuentan, pasos de un alma viva. El que da lo que tiene, no está obligado a nada más.

    Paso a paso vamos superando horizontes, y cuanto más duro es el camino, tanto más fuerte hay que ser. Y por ‘fuerte’ no quiero hablar de fuerza, sino de Fortaleza, que no es lo mismo. Que la fortaleza está en el interior. Y lo difícil es exprimirla de dentro y utilizarla ahí donde hace falta, ahí cuando hace falta. Y abandonad toda esperanza vosotros que entráis en vuestra alma y no encontráis nada…».

    Abrazos infinitos.

  11. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    Mala, he leido todas tus publicaciones y siempre estoy atenta a ver si publicas algo nuevo, definitivamente no esperaba algo como lo que leí hoy, creo que tu tampoco esperabas esta pérdida. Mis mas humildes condolencias. No te conozco pero me has hecho revivir una parte de mí escondida y estimo lo que eres. Toma algo, aunque sea una partecita de esto a bien. Todo es para bien. Eso he pensado siempre. Besitos desde México.

  12. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    Poner un comentario aquí me da mucho respeto. Probablemente el mismo respeto que le da a uno estropear la belleza cuando la ve. El mismo respeto que le debe dar a un restaurador cuando raspa mínimamente la obra de un maestro o el vértigo del artista al enfrentarse a un lienzo en blanco o un folio vacío, sabiendo que en cuanto empiece, en ese mismo primer instante, esa obra perfecta que tiene en la cabeza empieza a estropearse.

    Y si uno tuviera realmente algo que decir podría justificarse. Pero no es así. Es absurdo decir a alguien que está triste -eh, no estés triste, -anímate, hombre. Ja. Como si la tristeza estuviera controlada por el racional circuito de nuestro consciente. Como si uno pudiera elegir el estado de ánimo como quien elige la ropa por la mañana.

    Porque además, hay ocasiones en las que hay que estar así. O en las que se está así, y punto. Y no hay nada que decir. Y sólo se puede tender la mano y estar al lado. O cerquita. O en el asiento de delante del coche. O en un comentario de un blog. Pues eso.

  13. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    Piensa que al menos tu lo has vivido, muchos otros no…

    Besicos

  14. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    (te abrazo)

  15. 15 respuestas a «la sensibilidad como bandera»

    mmmm… esta bueno, la mejor dorma de expresar algo que se siente cuando se pierde a una gran persona, entiendo el dolor que deja ese vacío