Su yo está lleno de venas de humo gris y pena negra. De placer, ambiciones y otros sustantivos adictivos. Una mezcla que bien valía un último intento. Sus uñas, por más que rascaran aquel suelo, no se llenaban de arena ni de raíces. El asfalto, aquella tarde, quemaba las plantas de sus pies hasta provocarle heridas. Una línea de puntos rojos, de plasma abierto, que formaban un empuje inflamable en cada uno de sus dedos y talones. Las heridas del cuerpo, sin duda, se le antojaban pequeñas al mirarse aquella brecha del alma. Pero lo más grave es que su yo (de ella), se desconocía completamente a si mismo.
Mientras terminaba de encenderse su mecha, recordó las veces que se había hecho un ovillo en esa silla, tapiando sus oídos, restándole horas de vida a la planta de su mesilla… Preguntándose cómo seguía verde y firme cada día. Pensó en la cantidad de aire que estuvo preso en su garganta, arañando sus entrañas por querer quedar en libertad. Y como al llegar a casa, cada día, aquel aire era ya pusilánime brisa que arrugaba las palabras que salieran de su boca. Estaba cansada de no ver su ficha jugar en el tablero, de tratar de sacar cincos para escapar de la casilla donde todos se amontonaban. Harta de que le pesara la camisa, de no notar el sudor frío por la piel de sus axilas, de no saber qué es el cambio climático desde aquella miserable ventana. De que le sonrieran las mismas palomas todos los días, de no mirar, no hablar y coger hojas en blanco a modo de suspiros. Sentía que estaba dejando pudrir sus pasos. Y no pudo más.
Después de todo aquello, cerró sus puños con violencia, y su yo (de ella) se atrevió y saltó. Atravesó aquella puerta, traspasó aquella muerte, se abrió camino. Los puntos de sangre de sus pies, se limpiaron, y sus plantas elaboraron recetas para buscar las piezas de un nuevo destino.
El sentido común llega cuando puede, pero éste llegó justo a tiempo. Su yo (de ella) logró salvarse y, por fin, se abrazó a si mismo.
Comentarios
8 respuestas a «Su yo (de ella)»
me suena. me suena. lidio con situaciones semejantes en mi trabajo todos los dias. bonito homenaje a la importancia de los pequeños pasos, a poner conciencia al acto mecánico de caminar que nos aleja y aleja y aleja… y después nos acerca a algo nuevo.
8 respuestas a «Su yo (de ella)»
El penúltimo párrafo… bello …y muy necesario… atreverse y saltar… al fin…
«Buscar las piezas del puzzle del nuevo destino»… y mirar al frente… con el placer de haber saltado…
Estas palabras tuyas me evocan imágenes de aquella fantástica pelicula.. ( Cielo sobre Berlin ….»remake» posterior en The city of angels… (estupendo Nicolas Cage…y guapisima Meg Ryan… :-)))
En ambos «filmes»… el angel debe de atreverse a saltar para dejar de ser «aséptico ,incoloro e inodoro… ;-))) y después de la caída… hacerse de carne y hueso… sentir el calor y el sabor de una taza de café.. la brisa del mar… o el aroma y la suavidad de la piel de ella…
Una de las grandes frases de la película , es cuando Nicolas Cage le responde a otro ángel a la pregunta de si habia valido la pena dejar la eternidad para hacerse de «carne y hueso»…a lo que él le contesta… :
«Prefiero haber olido una vez su cabello, un beso de sus labios, una caricia de su mano, que toda una eternidad sin ella».
Un abrazo lleno de montañas… (gracias por tus visitas… ) :-)))
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Te leo desde hace tiempo, va para allá una reverencia.
8 respuestas a «Su yo (de ella)»
ya te hechaba en falta yo tambien
8 respuestas a «Su yo (de ella)»
Buen texto, pero eso de que las palomas sonrían como que no va, porque tend´rian que mostrarte los dientes… por lo demás muy bueno.
8 respuestas a «Su yo (de ella)»
Clap clap clap claps de una estudiante sin tiempo para pensar algo mas elaborado que decir. Saludos
8 respuestas a «Su yo (de ella)»
Tus relatos llegan con cuentagotas, pero calman la sed en un instante. No es fácil ser la mala de la película. Eso está en manos de muy poc@s. No tardes en deleitarnos de nuevo.
Saluditos…
8 respuestas a «Su yo (de ella)»
jejejejje ya me kité hace tiempo el sombrero contigo, si me compras uno, te aplaudo y te tiro clavelitos incluso