no soy mala, es que me dibujaron así

Y el porqué del gato

También sé un par de razones por las que tú eres un gato. Por como invaden con su vuelo el aire de los pájaros, zarpeando las nubes y tiñéndolas de sangre. Llamando así al sol del atardecer, malherido y tembloroso a huir por el horizonte. Atrayendo de esta manera a su más fiel amante, la noche. La dimensión favorita de los felinos.

Ocultan su carne crujiente, rústica, roja y galopante bajo el sedoso manto del que gusta de caricias. Y si bien su pelaje parece sutil, suave y sumiso a la mano que lo roce, se transforma con una mirada en terciopelo huracanado, punzante y agresivo. Se visten de nervio y sensualidad… De instinto y de cada ojo se les vuela una luz. Cada gesto, cada postura, es pura poesía salida del alma. Fulminan la paciencia de millones de minutos dibujando su futuro, con un simple trazado. Silenciosos e intensos, consiguen ver a través de cualquier ser, y también atraparlo para absorber lo que aún quede de él después de tan minuciosa contemplación. Vampiros urbanitas que otras veces prefieren insinuarse, contonear su figura hacia lo divino, musitando el ronroneo en melodía, contorneando el aire en marcas perfectas de caricias sólo insinuadas… Hipnotizando así, hasta que consiguen desenroscar los ojos de cualquiera

Sus pupilas embaucan, por lo dorado que les trae el día iluminado al imitar al sol. Las mismas que se convierten, por la noche, en pequeñas y rasgadas reproducciones de la luna. Bisutería hecha arte por tan solitario animal. Son amantes de la luna como todos los humanos, sin embargo son los únicos capaces de prescindir de ella, por aquello poseer esa misma magia dentro de sus dos ojos y en plena oscuridad. Por eso también son los únicos que saben andar solos. Tan engreídos, tan sensuales, vanidosos y terriblemente seductores que todos hemos caído alguna vez en la simpleza de tratar de alcanzarlos. Susurramos algo procurando no agredir su elevado aura, (tal vez un “psst, pssst”), y todos, absolutamente todos, hemos sufrido de su asesina indiferencia. Atraen hasta el infinito, es decir, hasta lo que ellos gusten de atraer. Engañan, y dejan que nos camelemos por su brillo. Y aquí llega la razón por la que tanto, tanto, los odio: Se procuran el alimento en pececillos engatusados.

Comentarios

  1. 5 respuestas a «Y el porqué del gato»

    Marramamiau

  2. 5 respuestas a «Y el porqué del gato»

  3. 5 respuestas a «Y el porqué del gato»

    «De noche todos los gatos son pardos» resa un dicho mexicano. Saludos!

  4. 5 respuestas a «Y el porqué del gato»

    Miauuuuuuu!

  5. 5 respuestas a «Y el porqué del gato»

    oyee tita feliz!!! un respeto con los miaus, que somos wuenos,compae.

    felizidades madrileñas, en el exilio de gato a gata. miau

    Pd: muy chulas las comparaciones